Deshambrientos.
Proyecto fotográfico sobre la ansiedad por comer.
Photography project about emotional eating.
Comer no depende del hambre, sino de la necesidad de llenar un vacío. Es un mecanismo con el que buscamos saciar una carencia biológica. Comemos cuando necesitamos energía, pero también cuando necesitamos felicidad, tranquilidad o la sensación de control en nuestras vidas. A través de las hormonas y los neurotransmisores que activa en nuestro cerebro, comer puede producir placer inmediato: característica potencial de cualquier adicción.

Se da por hecho que debemos comer, pero no se cuestiona cuándo. Lo que puede conducir a recurrir a la comida en cualquier momento en el que necesitemos sentir satisfacción. En un mundo caótico, donde las necesidades personales importan cada vez menos, preferimos comer en vez de afrontar nuestros problemas. La ansiedad por comer, o alimentación emocional (emotional eating), consiste en comer para aliviar o evadir momentáneamente la inquietud que provoca la tristeza, la frustración, el dolor o el estrés.

Este proyecto fotográfico busca capturar la ansiedad por comer y darle atención como un problema que se esconde en lo cotidiano. Se intenta reproducir cómo se siente este tipo de ansiedad: la necesidad de devorar en vez de solucionar los conflictos. Se retrata a partir de personas comiendo, donde se prioriza el arrojo y el descontrol que motivan a seguir comiendo a pesar de no tener hambre.

La intención de este trabajo es clara: visibilizar. Para lograrlo, se recurre a la sorpresa. Barthes (1980) identifica a la sorpresa como un gesto esencial del fotógrafo: la intención del operator de sorprender al espectador a través de mostrar lo desconocido que, en este caso, es lo grotesco inadvertido en el acto cotidiano del comer. Por convención social, la regla más importante que se sigue al comer es la de la limpieza. El uso de los cubiertos evita el contacto directo de la piel con la comida. Por ello, mis fotografías se enfocan en la suciedad de la piel para llamar la atención, pero también para simbolizar el descontrol que causa la ansiedad. Este proyecto se vale de tres elementos para lograrlo: textura, cercanía y color.

Cuando se manifiesta la "ansiedad por comer", no se consume cualquier tipo de comida. Generalmente, se opta por comida con alto contenido calórico, con sabor muy dulce o muy salado, conocido como "comfort food". Durante un episodio de ansiedad, la diversidad de la textura de los alimentos ayuda a saciar el vacío emocional. Por ello, las fotografías de este proyecto buscan dar nitidez a la comida y a las partes que la componen: la grasa, la crema, las migajas, etc; pero no descontextualizadas, sino sobre piel (la saliva, los dientes, las lenguas) para recordar que detrás de la destrucción feroz de la comida existen personas que la han destruido. 

Esa nitidez solo es posible a través de gran cercanía, de tomar las fotos a una distancia que incomoda a las personas fotografiadas. Para ello, recurro al anonimato. Al solo mostrar sus bocas espero no contrarrestar el placer que otorga la comida, y así, obtener un gesto sincero, cuya ferocidad no se limite por el disparador de la cámara, sino que los incita a desinhibirse. Es un momento de vulnerabilidad, de ansiedad profusa, de desesperación

El color también representa una parte esencial del valor social de mis fotografías y su edición. El fotógrafo Martin Parr, en su proyecto “Real Food”, establece un precedente de food photography que no obedece a fines comerciales, sino a retratar la comida como es en realidad, como se consume. Al igual que Parr, busco a través de la saturación de los colores, rescatar la percepción de los comensales, de la comida. No obstante, a diferencia de “Real Food”, recurro a tonos fríos en la piel y el fondo para mantener la denuncia a los motivos que arrojan a la ansiedad por comer.

A través de estos elementos, este proyecto busca representar un síntoma de la sociedad estresada, que ha corrompido el acto de comer, y, ante la falta de contexto, se busca que cada espectador cuestione en las fotografías su propia relación con la comida.
Kamila Laurente.
Proyecto realizado durante el semestre 2023-2, en el curso de Fotografía de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
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Comer no depende del hambre, sino de la necesidad de llenar un vacío. Es un mecanismo con el que buscamos llenar una carencia biológica o mental. Read More

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